La sierra de Madrid, si consideramos a Villalba un pueblo de la sierra, nos ofrece esta posibilidad. Es un lugar sencillo para degustar un menú básico: carne, patatas fritas y ensalada. Un menú que a todo el mundo le gusta.
El sitio, en lo que denominan Villalba pueblo, es un caserón de piedra y madera con una chimenea en el centro y decoración campestre en maderas viejas, bancos y mesas de madera corridas y un pequeño jardincito en la entrada.
Al entrar te das cuenta de que es un sitio muy apropiado para familias grandes y grupos de amigos. Los niños, en lugar de andar enredando por el salón del restaurante, pueden salir al jardín a jugar y permiten a sus familiares y demás comensales del restaurante disfrutar tranquilamente de la sobremesa.
El sistema es sencillo: pides un número de menús equivalente al número de comensales, o mejor inferior si no quieres salir rodando, y eso incluye ensalada de tomate, lechuga y cebolla, filetitos finos de carne de ternera, patatas fritas de las de verdad, y dos tipos de salsa para acompañar: rosa y chimichurri. Si se te acaba algo, puedes pedir otra bandeja que te cobrarán aparte.
Lo mejor son las patatas porque es en lo que más se nota la diferencia con otros sitios, la ensalada es muy fresca, y la carne no es ninguna maravilla pero está bastante bien y decides tú el punto en el que la quieres.
Hay algo que debes tener en cuenta si quieres ir a este sitio: la carne se hace en una especie de mini barbacoa con el carbón que sacan de la chimenea, así que vigila bien que no se te apague y si ves que no está en su punto pide que te la cambien antes de que la carne se cueza por la falta de calor; no hay límite de barbacoas y los camareros son majísimos.
En verano, tenemos entendido que te dan la posibilidad de comer también pez espada (que te haces también tú en la barbacoa) si estás en la terraza.
El postre estrella es la tarta de queso, que sin ser la mejor que hemos probado está realmente buena.
De precio no debes irte a más de 20 por cabeza con vino y postre.
El sitio también tiene defectos: las barbacoas y la chimenea generan mucho humo, y las mesas y bancos corridos no son cómodos aunque generan el ambiente que quieren conseguir. También debéis vigilar el ritmo porque al final se acaba comiendo muy rápido; Para ello os recomendamos que cada uno se ponga su trozo de carne, lo vigile y se lo coma antes de poner otro, porque si los vais poniendo para todos perdéis el beneficio de hacerlos a vuestro punto y os veis obligados a comer rápido; es mejor pedir más barbacoas que aprovechar el calor de la que hay.
Si te apetece un "digestivo" puedes salir del restaurante y acercarte al Bar de la Vaquería que está muy bien montado y justo al lado. Allí tienes todo tipo de ginebras, vodkas y demás "bebidas de moda".
El sitio no está mal. Te atienden rápido y la carne y las patatas están bastante buenas. En verano supongo que hará mucho calor dentro. Los postres son buenos pero algo caros. Nos salió a 25 € por barba.
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